La autohipnosis es la provocación de la hipnosis producida por el propio individuo. Tiene múltiples aplicaciones en la persona, desde mejorar la salud, hasta reconocer vidas pasadas.
La única diferencia significativa entre la hipnosis y la autohipnosis es que en la primera el operador y el sujeto son dos personas distintas, mientras que en la autohipnosis el operador y el sujeto coinciden en la misma persona.
Puede ser muy positivo compartir la experiencia de aprendizaje de la autohipnosis con otra persona utilizando los métodos descritos en este libro. Esta experiencia compartida puede ser de enorme valor para ambos, ya que los unirá mental y emocionalmente y promoverá el amor y respeto mutuo. También es un hecho que el aprendizaje resulta más fácil y más rápido cuando se realiza con otra persona.
Es posible utilizar la autohipnosis para resolver prácticamente cualquier tipo de problema y también para ampliar la consciencia y conectar con vuestra innata inteligencia superior y capacidad creativa. Al utilizar la autohipnosis con este último propósito, la hipnosis se puede transformar en una meditación. La autohipnosis se puede emplear también en aquellos momentos en que se siente la necesidad de que intervenga un poder superior en alguna situación; entonces se transforma en una plegaria. Las sutiles diferencias entre estas formas de autohipnosis reside en el modo que se guían los pensamientos una vez que se ha alterado el propio estado de conciencia, es decir, cuando se ha alcanzado el estado alfa.